La congelación de la marcha es un patrón de marcha anormal en el que hay episodios repentinos, breves y temporales de incapacidad para mover los pies hacia adelante a pesar de la intención de caminar
Los trastornos de la marcha pueden resultar problemáticos para las personas con Parkinson. Casi el 50% de los pacientes con enfermedad de Parkinson sufren congelación. Sienten como si los pies estuvieran pegados al suelo y puede ser difícil salir de este momento de parada. Esto podría dar como resultado el aspecto característico de los pies haciendo movimientos rápidos de pasos en el mismo lugar
En el curso de la enfermedad pueden aparecer los siguientes síntomas: Inclinarse hacia adelante al caminar, pasos cortos, arrastrar los pies y no poder levantarlos tan altos como antes. Los movimientos se vuelven más lentos e irregulares. La forma en que balancea los brazos puede volverse asimétrica
Las propias órdenes cerebrales para comenzar a caminar no funcionan bien. Si los pies dejan de caminar y la parte superior del cuerpo continúa caminando, la congelación puede provocar caídas y fracturas de cadera. Es por eso que el impacto de este tipo de trastornos de la marcha puede ser considerable
Los pacientes con síntomas de este tipo, según estudios médicos, parecen beneficiarse de las señales sensoriales externas. También, son los pacientes los que pueden gestionarse sus propias estrategias de compensación